
Para ser sincero debo reconocer que el ágape estuvo aburridísimo ... había tanta gente que no se podía ver a nadie. Encima estaban todos iguales: de riguroso traje y corbata. El único que desentonaba era yo que andaba "descamisado" (un poco para homenajear a los viejos compañeros y, principalmente, porque hacía un calor de cagarse). Ah, me corrijo, había otro que se destacaba; era Cobos que se presentó de etiqueta o sea, con el smóking al revés ... donde se leía "Casa Muñoz, donde un peso vale dos".
Sin embargo, entre la multitud apretujada comencé a observar a algunos tipos disfrazados, Así que, para divertirme un poco, empecé a seguir sus movimientos.
Había una tipa disfrazada de casette que chupaba y chupaba como esponja nueva. Me acerque a conversar con ella esperando tener una sincera comunicación, siguiendo la máxima que dice: "sólo los borrachos y los niños decimos la verdad".
- "¿Cómo la está pasando?" - le pregunté para "romper el hielo" y no me refiero al del vaso de whisky que lucía en sus manos.
- "Genial ... la fiesta está buenísima, con decirte que nunca me había divertido tanto ... vestida"
- "¿Quién sos realmente y por qué te vestistes así?"
- "¿No me reconocés? Soy la pato Bullrich. La Lilita me hizo disfrazar de pasacasete para ver si
alguien me lleva porque dice que la tengo repodrida y que en esta reunión son todos chorros"
- "¡Qué mala! ¡Y la gorda de qué está disfrazada?"
- "Ves aquella vestida de hawaiana que morfa como lima nueva? Bueno: esa es la Carrió. Hoy tuve que desarmar el quincho de mi casaquinta porque ella quería disfrazarse así"
Hasta aquí ya había descubierto a dos infiltradas en nuestras filas. Ahora me surgía una duda: ¿sigo buscando impostores o las delato ahora mismo a estas dos? Decidí seguir buscando infiltrados porque era una tarea más sencilla. Si me decidía por "mandarlos en cana" iba a meterme en quilombos de internas, porque ¿a quien debía recurrir como encargado de la seguridad? ¿A Aníbal Fernández, cuyo poder está en descenso, o a Nilda Garré, que está en ascenso?
Mis elucubraciones quedaron de lado al ver pasar a una despampanante rubia en paños menores. Así que, para cumplir con mi deber, comencé a seguirla de cerca. Hasta que empezó a sonar insistentemente el timbre. Y como nadie salía a fijarse quien era, probablemente por temor a que sea don Mauricio despuntando su vicio, fui yo a fijarme. ¡Eureka! Era el mismísimo Macri que, asesorado por Jaime Durán Barba, ya no quería tener nada que ver con el espionaje y se presentaba tal cual era.
- "Hola, Kikito -me dijo. Me vine con un amigo nacional y popular: el Cacho ... el esposo de la
María, el que juega a las bochas ... "
La verdad a mí nunca me cayó simpático este sujeto, pero en esta ocasión parecía cambiado ... como más humano. Así que le franquié la puerta. ¡Para que! Don Mauricio se asoma y al primero que ve es al boliviano Evo Morales mascando coca ....¡y hacieno cruz diablo salió espantado!
Tras este acontecimiento, retorno a lo que había dejado inconcluso: la persecución de la rubia en bolas. Así fue que la veo salir a la calle y dirigirse hacia la 4x4 de Macri. Ella se sienta a su lado, atrás están el Cacho y la María ... y yo decidí esconderme en el baúl. A los 10' de viaje el auto se descompone. La mina baja a hacer dedo y consigue que otro vehículo la recoja para ir en busca de auxilio. A las tres horas regresa la joven y, para mi sorpresa, Macri la increpa:
- "¿Por qué tardastes tanto, Rodríguez Larreta? ¿Al menos conseguiste a alguien para que arregle este auto?"
- "No, pero no te preocupes más. Con la guita que hice en la ruta te voy a comprar una camioneta nueva".
Los del PRO son tan buenos actores que, a esta altura, ya no sabía si estaban cumpliendo un papel o si la cosa iba en serio. La duda se me despejó cuando Rodríguez Larreta se le tiró encima al Cacho para violarlo. Y tuve tanta mala suerte que el asiento trasero cedió ... y ambos cayeron sobre mi humanidad ....
En el momento en el que iban a hacer un trío erótico conmigo, pues siento que me ponen la mano encima, me despierto. Era mi mamá que me zamarreaba:
- "¡Kikito, despertate que ya es tarde y tenés que ir a la Colonia!".
Yo no le comenté nada, pero para mis adentros pensé:
"¡Suerte que la ley de matrimonio gay es la única cuyo cumplimiento no es obligatorio!"