jueves, 4 de octubre de 2012

KIKITO, ALZADO ...pero no en armas

Cuando Nilda Garré recibió una invitación de los sublevados para parlamentar en busca de una solución al conflicto, decidió en primer término enviar a un grupo de muchachos de la Cámpora a infiltrarse en la revuelta, para ver que clima había en el lugar. Como se observó por TV, los uniformados, como unos "prefectos" hijos de puta, echaron a patadas y machetazos a los compañeros. ¡Todo bien, cumpas! Pero hay que ser más profesionales: para pasar desapercibidos entre esta gente, lo menos que deberían haber hecho es cortarse el pelo, afeitarse ...y dejar los bombos en el comité. Tras el fracaso de la misión, la ministra de Defensa recurrió al plan B: me mandó a mí solito al campo de operaciones. Ummm! ¡Qué mal me sonó esta frase! ¿No intentarían castrarme? Para ser sincero con uds, les cuento que mucha experiencia en espionaje no tengo. Solo haber visto una que otra película de James Bond o haber leído el expediente de Ciro James o el prontuario de Mauricio. Por otra parte, desde el gobierno ya me habían aclarado que el presupuesto para mi misión era escaso ya que estaban juntando la guita para pagarle a los milicos. Asi que, para camuflarme entre ellos, no tuve más remedio que recurrir al trajecito con el que tomé la primera comunión. Entonces, vestido de "marinerito" hice mi entrada en campo enemigo. Grande fue mi sorpresa al ser recibido con vítores y aplausos por la muchedumbre, como si fuese un héroe de Malvinas o un sobreviviente de la fragata general Belgrano. ¡Si supieran estos tipos que le tengo tanto miedo al agua que mi vieja por la fuerza me tiene que meter en la bañadera! Sin embargo, como si estuviera participando en el programa de Julián Weich, las sorpresas no terminaron allí. Solo que, en vez de cumplir el sueño de mi vida (tomar un café y charlar con la presi), me hicieron cumplir mi pesadilla. Les cuento a que me refiero. Cecilia Pando, apareció de golpe y me arrebató de los brazos de los grandotes que me llevaban en andas y me metió en un telo. Una vez adentro de la habitación, comenzó a acariciarme la entrepierna mientras me susurraba al oído: "¡Papito, vamos a ver si es verdad lo que cuentan de los enanos!". En esos momentos, me sentí "más extraño que menstruación en un geriátrico" y "más desorientado que analfabeto en la feria del libro". Es que si bien pensé que, si no conseguía una novia pronto, iba a tener que debutar con una puta ...¡nunca pensé que lo iba a hacer con una hija de puta! El resto de la historia ya se la imaginarán .... Les pido disculpas, compañeros, pero la carne es débil. Así que de ahora en adelante me tienen que llamar señor Kikito ..¡y no la traten tan mal a Ceci que coge como los dioses! ¡Se ve que tiene más polvo encima que una cancha de tenis! En estos momentos estoy encerrado en su casa bajo cuatro llaves. Cuando consiga liberarme, mucho apuro no tengo, les prometo que vuelvo a la militancia. ¡Todo sea por la causa! ¡Viva Cristina! --------------------------------------------------------------------------

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