1 de mayo: Día del trabajo

He visto con asombro que en nuestra sociedad al trabajo se lo vincula más con lo físico que con lo intelectual. Esto es más evidente en el caso de los pequeños. Por ejemplo: en cierta ocasión, la maestra interrogó a los nenes del Jardín acerca de los trabajos de sus padres y Lucila, le repreguntó: "¿Y vos de qué trabajas?". La confusión mi hermanita la trasladó al ámbito familiar ya que como papá es camionero, lo considera un laburante. En cambio, como la tía Susy siempre está sentada en su bufet de abogados, la toma por una desocupada. Cuando mamá le explicó que el trabajo de la tía consistía en acudir en defensa de una persona que ha sido ofendida o agredida, ella le respondió: "Ah... igual que la maestra que no hace nada..."
Debo reconocer que también los chicos de mi edad presentan ciertas dificultades para entender los diferentes oficios. Sobre todo, observo en mis compañeritos una tendencia a exagerar el valor de la actividad que desempeñan sus progenitores ...principalmente de aquellos que cumplen funciones en la administración de Macri. Y aquí van algunas muestras:
- Tomasito comentó que su papá manejaba muchos papeles. Al principio, creí que era un importante empresario, pero resultó que su trabajo consistía en recoger con un pinche lo que se hallaba tirado en los parques.
- Thiago siempre se alardeaba de que si su padre no ponía "el gancho", la cosa no funcionaba. Aquí tampoco se trataba ni de un capitalista ni de un contador que con su firma libraba cheques o autorizaba documentos. A lo que mi amigo se refería era a que su papá manejaba una grúa municipal que levantaba a los vehículos mal estacionados.
Si profundizamos un poco en la cuestión, veremos que los adultos tampoco tienen muy claras las cosas. Y aquí les pongo unos ejemplos:
- Un amigo de mi mamá comenzó a entrenarse corriendo por los bosques de Palermo porque se había postulado para un puesto de va-ligero en el aeropuerto.
- Otra conocida de ella entrada en años y carne, pero con la virtud de la puntualidad y de no faltar nunca a sus compromisos, se presentó a cubrir el cargo que solicitaba "empleada con buena presencia".
Y ni que hablar de algunos avisos clasificados del rubro "empleos" que son, a tono con las noticias que difunden, como mínimo, insólitos. He leído algunos como:
- "Se necesita empleado para fábrica de caramelos. Preferentemente, diabético"
- "Se requiere una persona para manipular dinamita. Debe estar dispuesto a ausentarse y a viajar lejos. En caso de ser mujer, se les dará prioridad a las que se apoden Mecha"
- "Buscamos un jubilado tembleque pues debe tener movilidad propia"
- "Precisamos una dactilógrafa lenta para que no baje la autoestima de un gerente algo tartamudo"
Los últimos comentarios se los voy a dedicar a nuestros queridos políticos. Para ser sincero, ellos tampoco colaboran en demasía para aclararnos cual es su verdadero trabajo ya que, en cuanto a lo físico, es muy poco lo que emplean su cuerpo ... y lo mismo podría decirse de lo intelectual.
Me parece que la mayoría se equivocó de profesión pues en vez de dedicarse a la función pública, deberían haberse desempeñado como adivinos o brujos.
- La Stolbizer: si como afirma el gran filósofo nacional, don Chiche Gelbund, "el nombre determina la biografía", al tener como nombre de pila "Margarita", lo suyo debería haber sido estar al frente de un "consultorio gratuito del amor".
- Lilita: hace años que se dedica a adivinar el futuro aunque con muy mala fortuna (¿será que el futuro ya no viene como antes?). Se comenta que cuando se enteró del alud en el Machu-pichu
y de los terremotos en Haití y en Chile, exclamó: "¡Será posible... Apocalipsis por todos lados ...
menos en donde yo los pronostico!".
- Macri: como arribó a la gestión como una gran orador y se está retirando como un eximio charlatán, no tiene otro camino que dedicarse a ser curandero.
Este viraje ya hace tiempo que lo deberían haber decidido pues si nunca consiguieron engañar a la gente, al menos podrían intentarlo de a uno en uno. Es como si pasarán de ser mayoristas a minoristas de almas, voluntades y votos.
Sin embargo, aunque también fracasen en esa actividad, el destino les tiene reservado otro oficio para consagrarse: el de canillitas. Les debo advertir que este "metié" tiene sus riesgos. Los lectores podrían no perdonarles su pasado y achacarles que las noticias que traen los periódicos son falsas. Y, aunque, recurran al verso de su segundo trabajo, e intenten explicar que los diarios están ojeados o que, como en sus primeras labores, afirmen que los que engañan son los periodistas, como en la fabula del mentiroso, donde hasta lo cierto se hace dudoso, ya nadie les va a creer.
PD: Lástima que aunque para mí es una genia, Cristina negó sus poderes para hacer desaparecer a gente como la que hemos analizado. Pero todos nosotros sí podemos conseguirlo negándoles el voto. Aunque he entendido que los adultos han confiado a manos "no profesionales" a los dos oficios más difíciles: los de ser padre y los de ser elector.