Reflexiones y anécdotas "humorísticas" de KIKITO, un niño kirchnerista y preadolescente que, para su desgracia, está en pleno período de crecimiento e ingresando al mundo que le dejaron los adultos
sábado, 28 de septiembre de 2013
KIKITO SE SUMA A LA TOMA DE LOS COLEGIOS ....
En solidaridad con los compañeros secundarios que protestan por el cambio del plan de estudios, me sumé a su causa y tomé el Normal N° 11. Les confieso que si bien yo fui el ideólogo de la medida de fuerza, si no fuera por mis amigos villeros, que ya tenían una vasta experiencia en la lucha contra las injusticias, nada hubiera sido posible. Antes de entrar en tema, les cuento uno de los antecedentes de este grupo marginal: - A principios de Enero los pibes de la villa hicieron barricadas con gomas y palos para no dejar pasar a los Reyes Magos. Sucede que el año anterior ninguno de ellos había recibido regalos. Retomando el relato, les digo que a la caída del sol del primer día de la toma del colegio, la directora con el guardapovo blanco en la mano, en señal de paz, se acercó a dialogar con nosotros. Y esto es más o menos lo que nos propuso: - "Me he reunido con Esteban Bullrich (el ministro de educación porteño) quien me dio una genial idea: ya que uds van a pasar varios días aquí al pedo y sin hacer nada, y para no tener que asistir al colegio en el verano con el fin de recuperar los días de clase perdidos, ¿qué les parece si se ponen a plantar soja en vez de hacer la germinación del poroto? En lugar de emplear un pequeño vaso con un secante podrían utilizar para el cultivo varias zonas semidesérticas como los patios, el jardín o la terraza. De esta manera "matarían dos pájaros de un mismo tiro" pues no sólo se les daría por aprobada Botánica sino que se conseguirían unos buenos pesos para hacer frente al salario de los docentes y, porque no, para arreglar las instalaciones". Cuando nos planteó este pacto, uno de mis compañeros, Mauro alias "primer nieto" porque siempre está alzado, reaccionó a los gritos: - "¿Qué te pensás que la escuela es una selva para llenarlas de malezas y vegetales?" Yo tuve ganas de comentarle que sí ... pensando que casi seguro que los milicos iban a entrar a los machetazos a desalojarnos. Además, muchos de nosotros gracias a los machetes conseguimos pasar de grado. Pero me quedé callado pues el clima no estaba para ironías. Finalmente, y tras el primer intento fallido de reconciliación entre las partes en pugna, nos dispusimos a pasar la noche en el Normal N° 11. Creo que no es necesario que les aclare que la pasamos bastante mal. La comida que había en la heladera era la de las viandas que reparte el Gobierno de la Ciudad así que se imaginarán que no eran muy nutritivas ni muy frescas. Para peor algunas estaban mordidas ... no sé si debido a que el gordo Raúl se anticipó a la cena o a que las ratas se hicieron una panzada. Para dormir fue otra odisea. Si bien nos arreglamos con las colchonetas de hacer gimnasia, no teníamos frazadas para cubrirnos ... y como no funciona la calefacción algunos chicos durmieron tan acurrucados que casi se deguellan a sí mismos con las uñas de los pies. Sin embargo, sobre la temperatura no me tengo que quejar. Mauricio me lo hace a propósito para desgastarme, pero como buen "pinguino" me aguanté el frío. Lo mismo le pasó a Boby, el perro mascota de la escuela, que siempre está contento pero que nunca mueve la cola porque la tiene congelada y se le puede quebrar. Continúo con el relato ... a la mañana siguiente se pudrió todo. Primero aparecieron algunos padres junto con la directora. Ella pretendía que nuestros viejos nos saquen por la fuerza: - "¿Acaso uds no saben cuales son sus deberes? - los increpó. Y la madre del burro García respondió: - "Sí que lo sabemos. Yo le hago al nene los de Matemáticas y mi marido los de Lengua". La cosa se puso pesada cuando llegó la policía con sus carros hidrantes y empezó a arrojarnos agua... bajo las órdenes del facho Feinmann que dirigía las operaciones. El primero que se rindió fue el roña Aníbal que no pudo soportar esos apremios ilegales. Al rato, los más friolentos se entregaron tiritando. Solo permanecimos estoicamente en el lugar "el monto" Ricardo, el vago "Rodrigo Vagoneta" y yo. Mientras les disparaba con mi honda unos cuantos tizasos, mi compañero extremista intentaba preparar una molotov. Y en el patio. Rodrigo juntó los guardapolvos de los maestros y empezó a ponerle inscripciones, tales como: - "Adoro a Marx. Prometió terminar con las clases" - "Los libros no muerden pero dan rabia" - "No quiero libros de texto porque detesto los libros" - "El colegio es sagrado. No lo pise" Sin embargo, al ver que en la puerta del colegio se estaban concentrando algunas agrupaciones afines para entrar en acción, como "la Cámpora" o "los jóvenes del movimiento Evita", decidimos entregarnos para evitar un baño de sangre. Eso sí, salimos ambos altivos, con las manos en alto y sosteniendo cada uno una pancarta que decía: - "FEINMANN COMPADRE ...LA CONCHA DE TU MADRE" PD: Al volver a casa, mi padre, un exmilitante revolucionario de los setenta, me recibió con un comentario que no se si considerarlo un halago o una crítica: "¡Qué cosa! En mi época tomábamos los colegios para cambiar el mundo. Ahora lo hacen para que no les cambien los planes de estudio". -----------------------------------------------------------------------------------
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buenisimo como siempre, un abrazo.
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