Biografía no autorizada de Gerardo Morales

Ultimamente he visto afiches por la calle de un petiso con aires de grandeza que se proclama como candidato presidencial por la UCR para el 2011. Los carteles dicen más o menos así (debido a la impresión que me dio no lo recuerdo fielmente):
"Desde la provincia más alegre del país (¡Ju ... juy...Ju...juy!) llega un nuevo correligionario para seguir los pasos de De la Rua (y quizás también sus escapadas en helicóptero). Gerardo Morales, nuestro hombre, hizo un posgrado en una academia de Houston donde se intercambian ideas con los estadistas más prestigiosos del mundo. (Por dos de él, como ser: "Milagro Sala tiene un ejército armado" y "El gobierno está lleno de subversivos", le dieron una de Duhalde: "El que depositó dólares, recibirá dólares")".
Lo agregado entre paréntesis corre por mi exclusiva cuenta.
A mí me parece que más que dicharachero, como se lo ve en la pancarta, probablemente fotoshop mediante, y como lo quieren presentar sus secuaces, quiero decir seguidores, Morales es un llorón que siempre arruga (y de allí el fotoshop). Recuerdan, por ejemplo, cuando se quejó porque los muchachos de la agrupación Tupac Amarú le revolearon unos huevitos por la cabeza. ¡Qué cagón! ¡Ni los festejos por las Pascuas se banca! Mirá si te hubiera tocado ser árbitro de fútbol donde con lo menos que te tiran es con un cascote. Como en aquella oportunidad en que dirigió un partido entre radicales irygoyenistas y frondizistas y lo sacaron en andas de la cancha de San Telmo, pero no como una forma de homenajearlo sino para sumergirlo en el Riachuelo.
Además, don Gerardo, te quiero decir a vos que si el pueblo jujeño te arrojó comestibles es para que te enteres que desde que vos partistes a Bs As para asumir como senador, y Milagro Sala se hizo cargo de las organizaciones de base, el pueblo ya no pasa hambre, tiene un trabajo como la gente y dignidad para reconocer a los traidores.
Quizás, Gerardo Morales, debieras leer este cuentito para entender que hasta los objetos inanimados pueden un día rebelarse del maltrato y el desprecio a que lo someten los garcas.
LA MUÑECA:
"Mariela es una nena que vive en la villa de Parque Patricios. Ella no va a ninguna escuela. Prefiere salir con su papá por las tardes a remover la basura y ver si, por casualidad, encuentra algo que le guste: una pulsera, un libro para colorear. ¿Quién lo sabe? Muchas cosas podés hallar en los residuos domiciliarios. Como le sucedió al cartonero Baez, ¿lo recuerdan? Fue el que encontró a Alicia Muñoz cuando Monzón la tiró desde el balcón. En la comisaria declaró que su primera impresión al ver a la rubia desnuda, fue pensar: "¡Qué despilfarradores estos chetos! ¡esta mina todavía servía!.
Perdón por el humor negro, y volvamos al tema:
El padre de la nena busca chatarra mientras ella prefiere los tesoros. Así que, una nochecita de verano vio una muñeca de trapo, sucia y destartalada. La llevó a su casa y su mamá se la arregló. Desde entonces, Mariela nunca más se desprendió de Pochi. Es más, ahora ya eran tres los que recorrían el barrio buscando cosas: el papá, Mariela y Pochi. Al padre y a Mariela nadie los miraba, al contrario, la gente le esquivaba la vista como si la luz de esos ojos negros les pudiera fulminar el alma. Pero a Pochi sí que la observaban: era rubia y de ojos celestes, como ellos querrían verse reflejados en el espejo.
La felicidad se había apoderado de Mariela. Hasta que un día, una niña sale presurosa de su departamento y pretende arrebatarle a Pochi, "¡Brenda! ¡Brenda!", la llamaba. Y comienza a forcejear con Mariela, increpándola: "¡Esta es mi muñeca!" "Pero vos la tiraste y yo la rescaté"- se defendía Mariela. "Sí, pero ahora está hermosa y la quiero de vuelta".
Al ponerse demasiado tensa la situación, algún vecino llamó al 111 y la policía se hizo presente. Para aclarar los hechos, se llevaron a la comisaría a Mariela y a su papá por estar indocumentados. La otra nena se quedó con Pochi. Probablemente fue mi imaginación, pero creo haber advertido una lágrima en el rostro de la muñeca.
Esta anécdota transcurrió la semana pasada. Nunca se supo nada más de Mariela y su padre. Pero sí de Pochi: apareció nuevamente tirada en la basura, en el mismo sitio de donde había sido rescatada meses atrás. Sospecho que esta vez Pochi se fue sola a esperar que Mariela venga a buscarla".
Retornando a la biografía que nos ocupa, me pregunto: ¿qué le habrá sucedido al niño Gerardito en su infancia que terminó convirtiéndose en un cobarde como su ídolo don Fernando? En el comité de la UCR corre la versión de que su madre era una fanática religiosa y que le tenía tanto miedo a la ira divina que se autoflagelaba y rezaba constantemente para lograr la protección del Altísimo. Seguramente de allí surgieron los mieditos del nene Gerardo que parece que no sólo se asustaba de las brujas sino también de cualquier monstruo absurdo como el Malamén. Interrogado en terapia acerca de donde surgió ese temor, Morales respondió: "Es que mami siempre finalizaba sus rezos diciendo: " ...y líbranos del Malamén"."
Del temor a la mujer vista como repulsiva y violenta hubo un sólo paso hacia la misoginia del senador. Ya demostró su odio a todas las mujeres que se le cruzan en el camino (por ejemplo; Cristina Fernández y Milagro Sala) y, en cualquier momento, se va a sacar de encima o de al lado, no se bien que posición prefiere, a sus chicas correligionarias: la Stolbizer y la Carrió. Realmente no se porqué todavía estos tres están juntos. Se habrán copado con Borges que decía que "no nos une el amor sino el espanto".
Por último, les comento que el asesor de imagen de Morales, su correligionario Nito Artaza, le aconsejó que, como tiene una voz muy aflautada que no seduce a las masas, debía internarse en las montañas jujeñas y practicar con el eco. Así lo hizo. Mientras vociferaba: "¡Soy Morales! ¡Soy Morales!"; se oyó un vozarrón que preguntó: "¿Cuál Morales? ¿Víctor Hugo?" "¡No ...Gerardo!".... y el eco no le habló más