Reflexiones y anécdotas "humorísticas" de KIKITO, un niño kirchnerista y preadolescente que, para su desgracia, está en pleno período de crecimiento e ingresando al mundo que le dejaron los adultos
viernes, 22 de marzo de 2013
¿SE PUEDE HACER HUMOR SOBRE EL 24 de marzo?
"Yo apenas tengo 11 años así que, prácticamente, me crié y eduqué en la cultura de los derechos humanos del kirchnerismo. Por lo tanto, y por suerte, no viví aquellos años de la dictadura. Más aun: creo que ni me animé a nacer para no ser un desaparecido más. Por lo tanto, hablar de esa época me resulta tan lejano como referirme a las invasiones inglesas de 1806 o a la revolución de mayo de 1810. Comprenderán, entonces, que para redactar esta nota tuve que recurrir a los adultos. Principalmente a mis padres, a la maestra y a mi tío.
Cuando interrogué a mi padre sobre la cuestión que titula este escrito, él argumentó más o menos lo siguiente:
"Si a la mayoría de los genocidas o los metimos presos o están procesados; si sus voceros de antaño, como Grondona, Chiche Gelbrum o la Legrand, van perdiendo toda credibilidad; si los apropiadores de los hijos de los desaparecidos han sido desenmascarados; si estamos alineados con los gobierno como los de Evo, Dilma, Maduro o Correa que son la punta de lanza para la liberación definitiva de latinoamérica ... ¿por qué carajo vamos a estar tristes?.
Mis compañeros ultrajados y asesinados, estén donde estén, seguro que están festejando pues saben que sólo perdieron una batalla pero, que al final, después de más de treinta años, están ganando la guerra.
¡Qué estén tristes los milicos y la puta oligarquía que los parió!"
...
Por otra parte, en la clase, la maestra nos contó que la sociedad estaba tan militarizada por aquellos años que los educadores palpaban de armas a los alumnos al entrar al aula y hasta eran capaces de llevarte a punta de fusil hacia la dirección si te portabas mal.
Nos dijo que siendo ella una estudiante del secundario, en cierta oportunidad, el reaccionario profesor de historia los dejó a todos con las manos el alto porque pegaron un afiche de Evita en el pizarrón. Al llegar la directora, que era algo despistada, encima recriminó al alumnado:
"¡Qué pasa! ¿A todos juntos se les ocurre ir al baño?".
Ahora me pregunto: ¿que sucedería si los militares volvieran a hacerse cargo de los colegios? Ojo! No se piensen que es un planteo muy descabellado. Siempre hay que dormir con un ojo abierto, como decía Perón. ¿O no están al tanto del espionaje de Macri en las escuelas?
Desvariando un poco, diría que, en caso de estar bajo el área jurisdiccional de las fuerzas armadas, el reglamento escolar ordenaría lo siguiente:
- Los chicos muy inquietos deberán ser sujetados con cinturones de seguridad a sus pupitres;
y los que se expresen a favor de "ideologías extrañas a nuestro sentir nacional", serán amordazados.
- El piso del aula deberá estar "sembrado" de cáscaras de banana, chinches y clavos miguelitos
simulando un campo minado. Esto les servirá de aprendizaje para ir haciéndose una idea de lo
que les espera si intentan ingresar a una Universidad estatal.
- Para lograr una mejor adecuación al regimen escolar, es recomendable suplir el guardapolvo
blanco, que pretende instalar la falsa idea marxista de que todos somos iguales, por un disfraz
de momia que los mantendrá tranquilitos e inmovilizados.
...
Mi tío me despejó la duda que tenía con respecto a que tipo de educación les daban a los cadetes en las escuelas de las fuerzas armadas para que, inexorablemente, todos se recibían de unos grandísimos hijos de puta.
Hasta entonces, lo único que sabía con certeza es que los obligaban a madrugar. ¿Sería para que tuvieran más tiempo para hacer cagadas? ¿O amanecerían temprano porque tienen el sueño muy liviano ya que al primer "golpe" se levantan?
El tío Jorge me narró algunas anécdotas sobre la cuestión, porque fue aspirante a la Fuerza hasta que renunció por no estar de acuerdo con sus métodos, que sirven para ilustrar la nota:
- Un día vio al sargento meterle a un cabo la cabeza adentro de un balde de agua fría para que confiese donde había escondido los borceguíes de un compañero al que supuestamente se los había robado. El cabo, a punto de ahogarse, le dice: "¡Por favor, contrate a un buzo que acá adentro yo no veo nada!"
- Reunión del gabinete de Videla. De repente, el dictador advierte que le falta la billetera. Llama a sus custodios para que investiguen el asunto. Estos interrogan a todos los presentes. De "golpe", como era su especialidad, encuentra sus pertenencias debajo de unos papeles y le comenta a sus hombres que cesen con el interrogatorio y recibe como respuesta: "Pero general, ¡si ya la mayoría ha confesado!"
- Videla inspecciona los cuarteles y halla a un aspirante a picanero limpiando las letrinas. Este,
sin querer, le salpica las botas. Videla, en represalia, se las hace lamer.
A la noche, el soldado regresa a su hogar y le comenta a su cónyuge:
"¿A que no adivinás con quien almorcé hoy?"
También me explicó que estos fachos se aprovechaban de la población civil que estaba indefensa ante sus atropellos.
- Hay toque de queda y un militar "fusila" a un hombre que anda por la calle. Otro uniformado
le reprocha: "¿Qué hicistes, todavía faltan 15' para las doce?" "Yo se donde vive este tipo si
es vecino mío...¡Y ni en pedo iba a poder estar en su casa en 15'!"
....
Mi papá siempre cuenta con orgullo que militó en Montoneros y pertenecía a la rama "inteligencia". Espero que no termine descerebrado como Luis Majul por haberla despilfarrado toda allí.
Muchas más cosas no voy a comentar sobre el tema de mi familia "porque las brujas y los represores no existen, pero que los hay, los hay". Eso sí, quiero dejar en claro, para ir culminando, que yo también estoy orgullosos de lo que hizo mi papá y otros compañeros de su generación para que hoy podamos gozar de libertad y democracia.
A veces pienso como han cambiado los tiempos y las formas de lucha. Lo peor es que noto que cobardes estamos hoy comparados con aquellos mártires de la justicia social. Y les dejo un solo ejemplo: seguro que en los 70' mi padre se animaba a tirarle un cohete entre las patas a un milico y a mí, ahora, hasta me da cosita prenderle fuego al diario Clarín que el canillita de mi barrio pregona en la esquina.
PD:
Quiero pedir disculpas si a algún mortal ofendo con mis bromas, pero estoy seguro que a los compañeros desaparecidos que desde algún lugar están leyendo esta nota, les he despertado una sonrisa.
¡Hasta la victoria siempre!"
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kikito, me parece auténtico tu nombre.
ResponderEliminartu pequeña historia no está protagonizada por un niño de 11 años, salvo que le agregues los años de militancia con lo que sumarás por lo menos 30.
me gusta tu modo sensiblero de estimular a tus simpatizantes. no te puedo pedir ecuanimidad. gracias por ser representante de una parte de los ciudadanos de nuestra Patria.
firmaré como anónimo pues al emitir mi opinión - así como tu texto es una opinión con mala entraña - no quiero que vuelvan tus maldiciones sobre mí.