"Canta y no llores": Argentia 3 Mejico 1

Para los octavos de final nos tocó Méjico y al observar que uno de sus arqueros era un tal Ochoa, pensé que les íbamos a meter 8 goles. Pero, bueno, con el 3 a 1 fue suficiente.
Pero antes de comentarles el partido, les quiero contar que ingresé a Wikipedia para informarme acerca de los usos y costumbres de los aztecas. Es que no quiero que uds. crean que los fanáticos del fútbol pensamos con los pies. De allí extraje las siguientes conclusiones que podrían resumirse en una: "ellos son muy machotes". Veamos:
1.- Los mejicanos prefieren las comidas muy fuertes:
Así como en Argentina se come mucha comida chatarra, me parece que estos tipos prefieren la comida tipo destapa cañerías. Esto lo pude comprobar personalmente ya que nos hicimos amigos de unos chamarros que nos invitaron a cenar a su hotel. Después de degustar algunos platos típicos, "tapón de sidra" (lo apodamos así porque es petiso y cabezón) les pidió la receta.
"¿Para prepararla en tu país?" -inquirió un mejicano. A lo que "tapón", respondió: "No, para decirle al médico ..." Acto seguido, y a pesar de que hacían diez grados bajo cero, se arrojó de cabeza en la piscina.
Yo, como estaba advertido de que eran muy picantes los alimentos, no probé bocado. Además, habían hecho una especie de niños envueltos, siempre preferí las niñas desenvueltas, acompañados por unos vegetales delatores, cacahuetes que les dicen, y unos malos amigos que hablan por detrás, ensalada de porotos para ellos.
Igualmente, mis compañeros se tomaron revancha: en la cancha la salsa se la dimos nosotros.
2.- Los mejicanos son guapos:
Los "muchachos del tablón" de América Central me demostraron que era verdad lo que había leído en Internet. Por ejemplo:
- Un hincha se la pasó arrojándole cosas a un argentino que lo cargaba por la goleada. Tenía tanta suerte que todos los objetos los embocaba sobre su humanidad. Yo salí en defensa de mi compatriota y lo increpé: "Oye, chamaco, no sea bestia, en vez de tirarle objetos contundentes ¿porque no le habla ...?" "Pibe, yo no tengo facilidad de palabra, sólo tengo buena puntería" -me respondió.
También los jugadores mejicanos me confirmaron su guapeza. Por ejemplo, el N° 6 estudio medicina hasta que aprobó kinesiología y después se dedicó al futbol: ya había aprendido cuales eran los huesos más fáciles de romper.
Aquí les dejo una joyita: el reglamento de los machotes mejicanos:
- Está prohibido cortar la luz para cambiar un lamparita.
- No se puede usar repelente para los insectos. Se aconseja tomar tequila así cuando un mosquito te pica, muere intoxicado.
- No se permiten tener mascotas pequeñas ... y menos sacarlas a pasear.
- Bajo ningún concepto se podrá controlar la fecha de caducidad de los productos envasados.
- Se desalienta "el mirarse al espejo".
3.- Los mejicanos son misónginos:
Esta característica de los chamacos quedó claramente demostrada en el estadio.
- A un hincha lo expulsaron por amenazar con un rifle a su esposa. De nada sirvieron sus excusas de que sólo estaba tratando de curarle el hipo.
- Otro mejicano tiró hacia abajo una botella vacía de cerveza y le pegó a una mujer desconocida para él. Esta mejicana, al recibir el golpe, como si nada se dio vuelta y preguntó: "¿Qué querés querido?".
Yo, harto de ver el maltrato hacia las mujeres, les grité: "¡Bestias! ¡No hay que pegarles a las damas!" Ambos, al unísono, me contestaron: "Quizás tengas razón ... es inútil ... nunca aprenden".
Un tercer mejicano que observó la escena, concluyó: "La mujer es como la baldosa: cuando más fuerte le pegás al principio, mejor la vas a poder pisar después ... Mirá, nene, la mía está tan acostumbrada a las palizas que cuando yo levanto la voz, los moretones empiezan a salirle solos"
"Uds son muy desconsirados y violentos con ellas" -atiné a explicarle. "No creas, de las mujeres nos interesa la menstruación quizás tanto como la violencia. Lo importante es que corra sangre"
Sin embargo, el colmo del maltrato lo sufrió una política argentina: la lisiada Gabriela Michetti que asistió al mundial. Voy a narrarles su triste final:
La líder del PRO contrató los servicios de un chavo forzudo para que la lleve en andas a un safari. Cariñosamente, ella lo apodaba "mi chamarrito", y él a ella la denominaba "Michetita" (en parte por ser disminutivo de Michetti y en parte haciendo alusión a que es una oligarca). Todo se desarrollaba normalmente. Cuando "chamarrito" veía acercarse un ciervo, por ejemplo,
le avisaba: "Michetita, un ciervo". Ella apuntaba su carabina y lo ultimaba. Luego, si se aproximaba una liebre, él le indicaba: "Michetita, una liebre". Ella dirigía su arma hacia el animalito, disparaba y lo mataba. Y así varias veces. Pero, en cierto momento, se arrimó un león hambriento. "Chamarrito" se lo advirtió pero ella, nerviosa, falló en todos los tiros hasta quedarse sin municiones. Entonces, "Chamarrito" se la sacó de los hombros y la arrojó hacia el rey de la selva, comentándole: "¡León .... Michetita!".
PD: Al final poco pude ver del partido de Argentina porque me la pasé discutiendo en la tribuna con estos mejicanos bestias y violentos con las mujeres. Creo que hice bien: si el gobierno no me deja retornar al país hasta que consiga 400 adeptos para mi blog oficialista, se imaginan el recargo que me hubiera puesto Cristina si no salgo en defensa "del sexo débil".