Tras varios días de estar encerrados en el loby del hotel, los muchachos se pusieron intranquilos e increparon al concerje en búsqueda de una explicación a la falta de libertad. Tubaranda Metumba nos contestó que la orden de no dejarnos salir provenía del mismísimo Aníbal Fernández para cuidarnos. Parece que el multimedio anda diciendo en Buenos Aires que nosotros somos Kilomberos (patoteros de K) y presiona a la FIFA y a la policía de aquí para que nos deporten.
¡Será posible que estos hijos de puta no nos dejen vivir en paz ni aunque nos hallamos ido al culo del mundo!
Al pelado Cañete se le ocurrrió una idea genial para airearnos y ventilarnos un poco. Si somos tan agresivos, ¿por qué no nos llevan a un safari para descargarnos y así vovemos más mansitos que leones hervíboros? Tras comunicarse con nuestro consulado, "el conserje oloroso" nos trajo una respuesta NO-NEGATIVA (parece que Cristina se hallaba de viaje y que el que tuvo que resolver fue Cobos).
Así fue que en nuestra primera salida conocimos una de las actividades típicas de Sudáfrica: un safari. Para abaratar costos, además de los barras y papá, también "invitamos" a un variado grupo de turistas al que les salían los euros hasta por la nariz.
Aunque nunca fui un experto en la caza mayor, de retorcerle la cola a un gato o de bajar alguna paloma de un hondazo nunca había pasado, enseguida me di cuenta cuando ya estábamos en el corazón de la selva: oí un poderoso tic-tac, tic-tac. Después me enteré que el ruido provenía de una bomba que llevaba el ruso Molotov por si nos topábamos con los holigans.
Una vez en el lugar, nos introdujeron en una choza donde nos proveyeron de lo necesario para empezar la cacería: rifles con miras telescópicas, afiladísimos cuchillos y chalecos antibalas. A mi viejo, como dice un tango, "se le piantó un lagrimón". El comentó que era porque estaba resfriado, pero yo se que se debió a que recordó cuando los Montos peleaban en los bosques tucumanos.
Me gustaría comentarles algunas anécdotas divertidas que nos sucedieron durante el safari:
- Un holandés agarró el largavistas al revés y por poco pierde sus dos piernas. Se confundió y al ver aproximarse un cocodrilo, exclamó: "¡Uy... miren que simpática lagartija!". Después, mientras el médico lo revisaba, los muchachos le cantaban para darle ánimo: "¡El que no salta es un holandés! ¡El que no salta es un holandés!".
-Un alemán, bastante chicato, se había empecinado en derribar a un pájaro grandote que volaba bajo. Tiraba y erraba... y el ave se desplazaba un poco. Tiraba y erraba ... y el pájaro volvía a alejarse. Así varias veces hasta que al final, cansado, el alemán le grita: "¡No te mataré! ¡Pero te voy a sacar del país!".
- Un francés, algo amanerado, dejó a un lado su carabina y comenzó a empolvarse la cara. Uno le pregunta: "¿Te estás camuflado para pasar inadvertido?" "Que va! Me estoy poniendo lindo por si aparece Tarzán".
En síntesis, eramos tan malos cazadores que los animales estaban a punto de acercarse para pedirnos autógrafos, cuando sucedió algo imprevisto. Por la montaña descendía un hombre haciendo aladeltismo y un gallego lo baja de un certero disparo. La esposa le pregunta: "¿Qué cazastes, Ramón?". A lo que él responde: "No se que bicho será ... pero al toque soltó al tipo que había atrapado".
Al enterarse de lo acontecido, el guía, enfadado, nos obligó a regresar a todos a la choza mientras él, según dijo, se iba a encargar de traernos algo para cenar. Al rato, lo vemos ingresar a toda velocidad seguido de cerca por un inmenso oso. Mientras pasa de largo y sale por la puerta trasera, nos grita: "¡Vayan comiendo éste... que ahora les traigo más!"
PD: Acabo de enterarme que arribó a Pretoria, Susana Gimenez. Lástima que no llegó un día antes porque como a ella le gustan los animales, sobre todo para despellejarlos y echárselos encima, a lo mejor aceptaba venir al safari con nosotors. Pero pensándolo bien, creo que no nos íbamos a entender. Me imagino que yo le iba a proponer: "¿Querés ver tigres, osos y cocodrilos para conseguir sus pieles?"; y ella me respondería: "¿Pero vivos?"
Acabo de enterarme que te cerraron la cuenta de Facebook. Me solidarizo con vos y voy a recurrir al humor que es tu especialidad:
ResponderEliminar1 ya estabas llegando a los 5000 amigos así que ibas a tener que crearte otra cuenta
2 De esos, sólo menos de la mitad eran "fans" de Kikito en Face. Así que ahora aprovechá para depurar al grupo y quedarte sólo con los que te somos incondicionales
Un abrazo...
Se que te cerraron el Face. Acordate que ya tuvistes una advertencia cuando te sacaron de "La cooperativa de blogs" por hablar mal de la Iglesia.
ResponderEliminarTe aconsejaría a que te limites a escribir este blog y a hacer menos comentariosen serio. Los fachos a un golpe te pueden devolver con un golpe más fuerte, pero ante el humor quedan desarmados porque su cabeza no les da para responderle a una sutilieza
"No hay problema", como diría Alf. Seguí adelante que te bancamos a muerte
ResponderEliminarEs probable que te hayan cerrado la cuenta porque tocastes demasiados intereses (la ley de medios, el matrimonio gay, el día del h de p para el natalicio de Videla, etc). Algunos que defienden esos interesen han pedido a Facebook que te bloqueen.
ResponderEliminarHecha la ley, hecha la trampa. Create otro Face que te bancamos
Un abrazo ...
ya había adherido a este blog, también adherí a tu cuenta en facebook, versiómn pre y post censura.
ResponderEliminarKikito me despierta ternura (no jodo) aparte de hacerme reir. No es fácil que alguien se atreva a esa clase de humor