martes, 21 de febrero de 2012

¡¡¡MINIVACACIONES DE CARNAVAL PARA TODOS!!!


El fin de semana largo estuve con mi familia en Mar del Plata. Dos cosas me llamaron poderosamente la atención: una por exceso y otra por defecto. Esto es, la gran cantidad de turistas que había en la ciudad balnearia, y la escasez de ropa que llevan puestas las bañistas.
Me voy a referir al segundo tema porque es mucho más divertido ...y el sexo siempre da raiting. Les cuento que hace varios años que no iba a la playa así que no recuerdo si antes las mujeres se vestían así, o se "desvestían" así mejor dicho, o si recién ahora reparo en ello porque me está "entusiasmando" la temática.
Mi hermano mayor me explicó que las chicas andan con poca ropa porque quieren conseguir novio... en una típica táctica compatible con el refrán capitalista " el que no muestra, no vende".
Esto me da pie para seguir con el tema de los vendedores ambulantes. Hay algunos que son imbancables. Te ofrecen su mercancía a tan alto volumen que parecen ser los altoparlantes escapados de la cancha. Aparte, se te acercan hasta donde vos estás y te machacan sus productos casi cara a cara. Y, lo que es peor, no te reconocen pues son capaces de enfrentarte 3 o 4 veces durante la misma jornada ... sin darse cuenta. Les relato una anécdota:
- Un señor que estaba leyendo Clarín es abordado por su hijo quien le pide que le compre un helado. El hombre se excusa con el siguiente argumento:
*Yo te lo compraría, nene. Pero en el diario dice que ahora Moreno es el que tiene los superpoderes para decidir que se puede comprar y que no*
El mismo heladero, a los pocos metros, le comenta al nigeriano que vende chucherías:
*A aquel sujeto ya lo estoy convenciendo. Cada vez se niega con menos ganas. Y ahora parece que va a consultarlo con un "moreno". ¿Se estará refiriendo a vos? Andá y seguile hinchando las pelotas ...*
¡Se lo imaginan aquí a Macri! Con la paciencia y la consideración que él les tiene a los vendedores ambulantes si, por casualidad, una gigantesca ola se los lleva a todos, él, en vez de pedir auxilio, gritaría *¡Otra, otra!*
....
Antes de culminar con la nota, me voy a referir a ciertas cosas extrañas que observé en la playa:
- Aunque parezca mentira, hay gente a la que le gusta embadurnarse con arena. Se comenta que a Chiche Gelburn sus nietos lo empezaron a enterrar en la arena ... hasta que un día no lo encontraron más. Así que él, que tanto despotricaba contra los desaparecidos cuando era editor de Gente, terminó como uno de ellos.
Y sus nietitos en prófugos de la justicia ... como debería ser considerado en la actualidad el periodista facho.
- También me llamó la atención que algunas personas hagan yoga en la playa. Un tipo meditaba en voz alta: "¡Brazo, relájate! ¡Cabeza, relájate!". Y en eso pasa una despampanante señorita ...y el caballero, agrega: "¡Todo el mundo de pié ... y a seguirla!"

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