miércoles, 12 de diciembre de 2012

LA JUSTICIA ES PURO CUENTO

Esta semana la Justicia argentina "se mandó más cagadas que loro pichón". Entre el fallo favorable a Clarín y la absolución a los imputados en el caso Marita Verón, podemos decir "cartón lleno" o, mejor dicho, "pelela llena". Se me ocurrió preguntarme.... ¿en todos los tiempos y lugares los que debían impartir justicia se comportaban tan mal como los de aquí y ahora?. Entonces ...imaginé que hubiese sucedido si a esta gente le hubiese tocado en suerte resolver sobre el expediente caratulado #Caperucita Roja versus Lobo Feroz por abuso y tentativa de homicidio# Los hechos concretos de esta historia fueron: el sr Lobo ingresó a la casa de la abuela y se la comió. Luego, vestido con las ropas de la víctima, abusó de Caperucita que se había hecho presente en el lugar para visitarla. Sin embargo, el abogado defensor Beriso (¿se llamará así porque siempre está al lado de la plata?) dio una versión diferente de lo acontecido, que a continuación transcribo textualmente: # Según relatan los informes periciales la Caperucita Roja esperaba al Lobo Feroz a diario en el bosque para dedicarle toda clase de piropos y comentarios soeces como, por ejemplo, “Lobito, lobito, quiero verte mover el culito”, que fue lo más suave que le dijo la muchacha al mamífero. La chica se colocaba a diario junto a un árbol situado al lado del camino principal del bosque esperando la llegada del Lobo Feroz. A pesar de su bravío aspecto, el Lobo terminaba siempre con la cola entre las piernas y las orejas gachas cuando pasaba a la altura de la libidinosa Caperucita que, vestida para matar, siempre tenía un comentario con el que insinuarse. “Lobito, lobito, quieres jugar con mi conejito”, le llegó a espetar en otra ocasión. Al parecer, el Lobo Feroz intentó eludir la presencia de su joven pretendiente cambiando sus rutas de tránsito por el bosque. Sin embargo, Caperucita Roja, astuta y sagaz, siempre logró descubrir los nuevos itinerarios y siguió realizando proposiciones subidas de tono al acosado. “¿Querés llenarme la canastita?"le preguntó un día abriendo la cesta para su abuela.... y desabrochándose el vestidito. La gota que colmó el vaso del Lobo Feroz llegó un día en el que Caperucita Roja puso en marcha un plan con el que pasó de las palabras a los hechos. “Un día, la Caperucita Roja me dijo que tenía que ir al pueblo a hacer unos recados en el súper y comprar unos productos en la farmacia. Me pidió que, por favor, le llevase a su dulce abuelita una cesta con la comida del almuerzo. Según me explicó, la pobre señora se encontraba encamada aquejada de diarrea y dolor de tripa. Yo, por caridad, acepté llevar la cesta”, relata el Lobo Feroz. Según se desprende del informe, cuando el Lobo llegó a la casa de la abuela, hizo sonar tres veces el llamador de la puerta y entró para encontrarse a la dueña del hogar metida en la cama y tapada hasta la cabeza. “Buenos días, señora, le traigo la cesta de la comida que le iba a traer su nieta, la Caperucita Roja. Es que ha tenido que ir al pueblo a comprar unas cosillas y me ha pedido a mí que le traiga el tentempié. Ya me ha dicho que está usted un poco enfermucha. ¿Cómo se encuentra usted?", preguntó educadamente el Lobo. Por respuesta, solo obtuvo un “mmmmmmmmmmm”, algo excitado. El Lobo se acercó al borde de la cama y preguntó: “¿Se encuentra usted bien?". Nuevamente la respuesta fue otro liviano “mmmmmmmmmmmm”. El Lobo, aproximándose más a su interlocutora, se percató de algunos de sus rasgos atractivos. -“Abuelita, abuelita, qué ojos más… grandes tienes”, afirmó el Lobo. -“Mmmmmm, son para verte mejor… cariño”, -respondió la de la cama, acojonando un poco al Lobo. -“Abuelita, abuelita, qué voz más… dulce tienes”, -aseveró el licántropo. -“Mmmmmm, es para susurrarte mejor al oído…”, -recibió como respuesta. -“Abuelita, abuelita, qué busto más… voluptuoso tienes”, -siguió el Lobo. -“Mmmmmm, es para despertar tu instinto más animal…”, -le contestó dejando perplejo al Lobo. -“Abuelita, abuelita, menudas caderas tiene para su edad”, -advirtió el Lobo Feroz con la mosca detrás de la oreja. -“Mmmmmm, son para…,son para…, son para… ¡Son para que cabalgues mejor!”, -gritó la encamada, que resultó ser, ni más ni menos que… ¡Caperucita Roja disfrazada de su abuelita! El Lobo Feroz, aterrado por el susto, no reaccionó a tiempo y fue reducido por la Caperucita Roja. Ésta, saltando en la cama y con un movimiento fulminante agarró al Lobo Feroz, lo tumbó violentamente en la cama boca arriba y se colocó encima de él a horcajadas. Perplejo y sin capacidad para plantar oposición, fue esposado a la cabecera de la cama por la Caperucita. “Ahora vas a ver lo que es bueno”, le dijo la Caperucita al Lobo mientras recorría el pecho del animal con su dedo. Sin embargo, la cosa empeoró. Como suele decir el refrán, “éramos pocos y parió la abuela”. Pues eso. Que se abre la puerta y aparece… ¡La abuela de Caperucita!”. Por supuesto, ni estaba enferma ni nada. Todo había sido una treta de Caperucita Roja para engañar al Lobo Feroz. La abuela, en la puerta, se queda paralizada con la boca abierta contemplando la escena. Su nieta, allanando su propio lecho, encima de un Lobo Feroz esposado a la cabecera de la cama. ¡Toma ya! Ataviada con otra caperuza roja, como su nieta, la abuelita deja pasar unos segundos para, a continuación, agarrar el marco de la puerta y preguntar: “¿Pensabais empezar sin mí?”. El Lobo, que por unos instantes se vio salvado con la llegada de Caperucita Abuela, comprendió que la cosa había empeorado y que, la Abuela, que no respondía para nada a los cánones habituales del estereotipo físico de abuela, quería unirse a la fiesta. Los escandalosos alaridos del Lobo pidiendo socorro, llegaron a oídos del leñador quien, por suerte, no se sumó a la joda y dio rápido aviso a la policía#. VEREDICTO: Reunido el Tribunal Superior bajo el mandato del juez Esteban Dido y sus secuaces, digo, colaboradores, conocidos en el ambiente judicial como los "sapos veloces" (porque no dejan escapar ninguna mosca que ande revoloteando) resuelve: En vista y considerando lo anteriormente expuesto, éste máximo tribunal resuelve: 1.- Absolver al sr Lobo de los delitos que se le imputan debido a que su comportamiento respondió simplemente a su naturaleza animal. Es más, deberá recibir un resarcimiento económico por daños morales. 2.- Si el sr Lobo Feroz pareció estar vestido con ropas de mujer fue sencillamente porque en el quilombo de la orgía se le entreveró. Además, en los tiempos que corren, transvestirse ya no se considera una falta, por lo cual también es sobreseído por ese cargo. Sin embargo, se le recomienda un tratamiento psicológico pues el sr Lobo posee antecedentes penales por haberse disfrazado para cometer un ilícito, en otra causa que fue absuelto, caratulada "Los 7 cabritos vs el lobo". 3.- Solicitar que la sra Abuela sea internada en un geriátrico ya que, por su edad, estado mental y exacerbación sexual, no está en condiciones de vivir sola. 4.- Condenar a la srta Caperucita Roja a trabajos solidarios en el Jardín Zoológico de la ciudad, para que pueda comprender la personalidad de los lobos. Esta reprimenda se fundamenta en sus actitudes provoctivas hacia el demandado, como ser: vestirse con ropas insinuantes, entablar conversaciones con desconocidos y manifestar deseos de tener sexo con él. 5.- Amonestar a la madre de Caperucita Roja por no cuidar de su hija (dejándola vagar sola por el bosque) y por abandono de persona en perjuicio de su madre. Será justicia" Si te gusta el humor K, hacete miembro del blog, enviame una solicitud de amistad o agregate al grupo KIKITO EN LA RADIO CON SU HUMOR K Gracias

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