martes, 22 de marzo de 2011

¿SE PUEDE HACER HUMOR CON EL 24 de marzo del 76'?

Yo apenas tengo 10 años así que, prácticamente, me crié y eduqué en la cultura de los derechos humanos del kirchnerismo. Por lo tanto, y por suerte, no viví aquellos años de la dictadura. Más aun: creo que ni me animé a nacer para no ser un desaparecido más. Por lo tanto, hablar de esa época me resulta tan lejano como referirme a las invasiones inglesas de 1806 o a la revolución de mayo de 1810. Comprenderán, entonces, que para redactar esta nota tuve que recurrir a los adultos. Principalmente a mis padres, a la maestra y a mi tío.
Cuando interrogué a mi padre sobre la cuestión que titula este escrito, él argumentó más o menos lo siguiente:
"Si a la mayoría de los genocidas o los metimos presos o están procesados; si sus voceros de antaño. como Grondona o la Legrand, van perdiendo toda credibilidad; si los apropiadores de los hijos de los desaparecidos, incluída la conchuda de Ernestina, han sido desenmascarados; si estamos alineados con los gobierno como los de Evo, Chávez o Correa que son la punta de lanza para la liberación definitiva de latinoamérica ... ¿por qué carajo vamos a estar tristes?.
Mis compañeros ultrajados y asesinados, estén donde estén, seguro que están festejando pues saben que sólo perdieron una batalla pero, que al final, después de más de treinta años, están ganando la guerra.
¡Qué estén tristes los milicos y la puta oligarquía que los parió!"
...
Por otra parte, en la clase, la maestra nos contó que la sociedad estaba tan militarizada por aquellos años que los educadores palpaban de armas a los alumnos al entrar al aula y hasta eran capaces de llevarte a punta de fusil hacia la dirección si te portabas mal.
Nos dijo que siendo ella una estudiante del secundario, en cierta oportunidad, el reaccionario profesor de historia los dejó a todos con las manos el alto porque pegaron un afiche de Evita en el pizarrón. Al llegar la directora, que era algo despistada, encima recriminó al alumnado:
"¡Qué pasa! ¿A todos juntos se les ocurre ir al baño?".
Ahora me pregunto: ¿que sucedería si los militares volvieran a hacerse cargo de los colegios? Ojo! No se piensen que es un planteo muy descabellado. Siempre hay que dormir con un ojo abierto, como decía Perón. ¿O no escucharon las declaraciones de Duhalde que los quiere sacar de los cuarteles para que nos "cuiden"? ("De mis amigos líbreme Dios, que de mis enemigos me libro yo").
Desvariando un poco, diría que, en caso de estar bajo el área jurisdiccional de las fuerzas armadas, el reglamento escolar ordenaría lo siguiente:
- Los chicos muy inquietos deberán ser sujetados con cinturones de seguridad a sus pupitres;
y los que se expresen a favor de "ideologías extrañas a nuestro sentir nacional", serán amordazados.
- El piso del aula deberá estar "sembrado" de cáscaras de banana, chinches y clavos miguelitos
simulando un campo minado. Esto les servirá de aprendizaje para ir haciéndose una idea de lo
que le espera si intentan ingresar a una Universidad estatal.
- Para lograr una mejor adecuación al regimen escolar, es recomendable suplir el guardapolvo
blanco, que pretende instalar la falsa idea marxista de que todos somos iguales, por un disfraz
de momia que los mantendrá tranquilitos e inmovilizados.
2.- Mi tío me despejó la duda que tenía con respecto a que tipo de educación les daban a los cadetes en las escuelas de las fuerzas armadas para que, inexorablemente, todos se recibían de unos grandísimos hijos de puta.
Hasta entonces, lo único que sabía con certeza es que los obligaban a madrugar. ¿Sería para que tuvieran más tiempo para hacer cagadas? ¿O amanecerían temprano porque tienen el sueño muy liviano ya que al primer "golpe" se levantan?
La cuestión es que el tío Jorge me narró algunas anécdotas sobre el servicio militar que sirven para ilustrar la nota:
- Clase de contrainsurgencia: el sargento le pregunta a un aspirante a las fuezas paramilitares:
"¿Qué medidas tomaría si es testigo de quela subversión hace explotar un auto?"
"¡Haría un disparo al aire para avisar!".
- Enfadado, el capitán arenga a la tropa: "¡De aquí van a salir bien machitos para pelear con
esos apátidas!". Desde el fondo se oye una vocecita: "Por mí no se ponga en gastos, capitán"
- Videla inspecciona los cuarteles y halla a un aspirante a picanero limpiando las letrinas. Este,
sin querer, le salpica las botas. Videla, en represalia, se las hace lamer.
A la noche, el soldado regresa a su hogar y le comenta a su cónyuge:
"¡A que no adivinás con quien almorcé hoy?"
También me explicó que estos fachos se aprovechaban de la población civil que estaba indefensa ante sus atropellos.
- Hay toque de queda y un militar "fusila" a un hombre que anda por la calle. Otro uniformado
le reprocha: "¿Qué hicistes, todavía faltan 15' para las doce?" "Yo se donde vive este tipo si
es vecino mío...¡Y ni en pedo iba a poder estar en su casa en 15'!"
- Hay una redada policial. Un agente le pregunta al transeunte:
"¿Qué lleva en ese paquete?"
"Facturas"
El policía lo abre y ve que son bombitas de crema y lo increpa:
- "¿Por qué me mintió sobre el contenido del paquete?"
- "Porque si empezaba a decir "bombas" no iba a poder llegar a decir "de crema"."
Mi papá siempre cuenta con orgullo que militó en Montoneros y pertenecía a la rama "inteligencia". Espero que no termine como chiche Gelbund por haberla despilfarrado toda allí.
Muchas más cosas no voy a comentar sobre el tema. Eso sí, quiero dejar en claro, para ir culminando, que yo también estoy orgullosos de lo que hizo mi papá y otros compañeros de su generación para que hoy podamos gozar de libertad y democracia.
A veces pienso como han cambiado los tiempos y las formas de lucha. Lo peor es que noto que cobardes estamos hoy comparados con aquellos mártires de la justicia social. Y les dejo un solo ejemplo: seguro que en los 70' mi padre se animaba a tirarle un cohete entre las patas a un milico y a mí, ahora, hasta me da cosita prenderle fuego al diario Clarín que el canillita de mi barrio pregona en la esquina.
PD: A los futuros gobiernos les pido que tengan "memoria" y aprendan de la historia, y eviten que en el pueblo se genere un estado de malestar general y de descontento porque siempre se halla agazapado un general contento.
Quiero pedir disculpas si a algún mortal ofendo con mis bromas, pero estoy seguro que a los compañeros que leen esta nota desde el Cielo, les he despertado una sonrisa.
¡Hasta la victoria siempre!

10 comentarios:

  1. frase que cierra el juicio a las juntas militares SEÑORES , NUNCA MAS .

    ResponderEliminar
  2. Grande Kikito !!! Desde acá adivino las sonrisas de los companeros !!!

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante sus escritos.
    Felicidades.

    Le invito a pasear por el mio
    http://conscienciadori.blogspot.com/

    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. muy buen escrito, yo estoy segura , que nuestros cpmpañeros militantes donde quieran que esten , estarian orgullosos de los movimientos, que se estan dando por parte de la juventud, y gente grande que no pudo militar en su epoca. un abrazo para todos los militante. HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!!!

    ResponderEliminar
  5. Me encanta Kikito este blog. Yo tengo una que se llama Desmesura entre letras pasa si querés.

    ResponderEliminar
  6. Bien Kikito, acepto la idea de dormir con un solo ojo. Porque las posibilidades siempre están latentes. Dios quiera que jamás vuelvan.
    Siempre seguiremos diciendo NUNCA MAS.

    ResponderEliminar
  7. Excelente lo suyo seguramente esos compañeros no solo sonreiran sino que se les hinchara el pecho al saber que gente como usted comparte los mismos ideales ya que seguira con la lucha de muchos para que nunka mas se repita un abrazo atte. "La Delia Juarez"

    ResponderEliminar
  8. el anonimo del 24/3/2011 a las 19.01 hizo autocritica

    ResponderEliminar
  9. no se olviden que no todo era cobardia de pueblo ,,,la realidad era que el pueblo estaba desinformado por la manipulacion que los medios ejercian para trasgiversar permanentemente la opinion publica vendiendonos un falso nacionalismo......no se olviden ,,,si lo decia clarin...

    ResponderEliminar