viernes, 15 de enero de 2010

El bañero

Uno de los personajes más populares de la playa, sobre todo para las mujeres, es el bañero. Antes de entrar en tema, debo aclarar que los actuales guardavidas poco tienen que ver con los de la década del setenta. Mi papá me contó que cuando él iba a la playita de Saint Tropez, en la costanera norte de la capital, todos, tanto bañeros como bañistas, eran hippies: flacuchos, melenudos, vagos y sucios. Ahora me entra una duda: ¿habrá sido ésta la generación que contaminó al Riachuelo? No importa. Continuemos: ya sea porque el agua estaba sucia o porque los jóvenes eran mugrientos, la cuestión era que pocos se metían al río. Y los que se internaban en el agua debían ser muy precavidos pues sabían que si sufrían un percance estaban listos ya que a los bañeros hippies les repugnaba el agua.
Como les dije, estos "cuidadores de la seguridad de los veraneantes" de antaño, nada tienen que ver con los de hoy en día. Por empezar, los bañeros contemporáneos se pasan horas en el gimnasio cuidando y desarrollando al máximo su musculatura. Esto les trae muchas gratificaciones en su profesión:
- El hacer muchos kilómetros en la cinta corrediza les permite estar ejercitados para huir a gran velocidad cuando alguna fanática pierde los estribos y se quiere propasar.
- El practicar pesas los favorece para socorrer a señoras gordas. Aunque ninguno podrá lograr superar mi marca: levanté un edificio en pleno .. toqué todos los porteros eléctricos a las tres de la madrugada.
Por otra parte, hay bañeros que combinan el ejercicio físico (al que un hippie definió como el agotamiento que suele producirse bajo preteto de salud), con la práctica de yoga. Les cuento una anécdota al respecto: el guardavidas hacía yoga en la playa y se decía a sí mismo: "¡Brazo, relájese! ¡Cabeza, relájese!". Y en eso pasó a su lado una señorita infartante que le dedicó una sonrisa ... y el hombre, continuó con su meditación: "¡Todo el mundo arriba y a seguirla ..!".
Sin embargo, y para ir finalizando, mi opinión es que los bañeros son muy exagerados para ser hombres. Como será que un vez un joven se presentó para cubrir un puesto vacante, afirmando que era uruguayo. El concesionario del balneario le preguntó si sabía nadar bien, y el fanfa le respondió: "¿Y cómo se cree que llegué hasta aquí?".

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