domingo, 10 de enero de 2010

La mala fama de la rata

En el final de la nota anterior, insinué la preponderancia que tienen los medios de comunicación masiva en la exaltación o difamación de algún objeto, animal o persona. El caso de los ratones es un ejemplo clarísimo de como podemos llegar a repudiar a un simple animalito de Dios. Y esto, sin lugar a dudas, se debe a la prédica constante, a través de los tiempos, de las mujeres cobardes que gozaron de cierto poder.
Voy a elucubrar, como suelen hacer ellas, una teoría conspirativa para explicar el fenómeno. Resulta que una mujer muy influyente y dueña de un multimedio (doña Ernestina), le tenía terror a
los roedores ya que le comían todo su "queso". Por eso, se alió con otras féminas del mundo del espectáculo (las divas Moria, Mirtha y Susana, entre otras), que tenían la misma preocupación, y comenzaron a emplear los diarios y la tele para hacer campaña antiratón. Ni cortas ni perezosas, varias señoras de la política (la gorda con delirios místicos, la camaleónica y la paralítica), no dejaron pasar la oportunidad de llevar agua para su molino y se adhirieron a esta causa nacional.
Sus postulados se basaban en el mito y la imagen popular de una señorita asustada subida arriba de una silla. Eso sí, esta confederación de mujeres, basándose en el refrán "el enemigo de mi enemigo, es mi amigo", apuntalaron en su carrera a todos los opositores de los ratones, es decir, a las señoritas calificadas como "gatos" en el ambiente artístico y empresarial. Proba-
blemente, porque les recordaban a ellas mismas cuando eran jóvenes.
Para confirmar esta impresión negativa que recae sobre los roedores, voy a citar unas frases y refranes populares:
- "Durante un naufragio, los primeros en abandonar el barco son los ratones".
- "Cuando el gato no está, bailan los ratones".
- "Hecha la ley, hecha la trampa ... para ratones"
- Aparte, se usa el término "ratonera" para denominar la guarida de los ladrones, que vendría a ser lo opuesto a "bulines", que eran los antiguos reductos donde los hombres escondían a
los gatos.
También en los cuentos infantiles, se suele identificar a la rata con lo negativo. Por ejemplo: en el relato "El flautista de Hamelín", un músico consigue librarse de una plaga de roedores que azotaba a un pueblo, mediante el encanto del sonido de una flauta.
Esa anécdota, que culmina con todas las ratas ahogadas, se parece al éxodo del pueblo judío a través del desierto, con la diferencia de que los judíos pudieron cruzar las aguas y los ratones, no. Darwin hubiera dicho que estos animales aun no estaban preparados para esa aventura pues les faltaba un paso evolutivo: conseguir alas como el murciélago.
Sin embargo, uds podrán refutar mi teoría argumentando que hay otros ratoncitos famosos y más simpáticos, como ser, el ratón Pérez y Jerry. Lamento pincharles el globo al informarles que su creador, Walt Disney, tenía acciones en el multimedio.
Para culminar con la nota, les dejo algunas historias de roedores:
- Se reúnen el gato con Botas, el gato Fénix, el gato Tom y la gata Flora en el congreso para tratar una ley contra la proliferación de ratas. Un ratón que desde su escondite espiaba lo que sucedía, se acercó a sus compañeros y les dijo: "¡No hay que alarmarse! ¡Son cuatro gatos locos!".
- Un gato se acerca a la guarida de la rata, comentándole: "El gobierno dictó una amnistía entre los gatos, los perros y los ratones. Salí que no te voy a comer y así ves el decreto". El ratón ni se inmutó. De pronto, aparece un perro y entra a perseguir al gato. El ratón se asoma y le grita: "¡Mostrale el decreto! ¡Mostrale el decreto!".
PD: Lás chicas de Tinelli te sacan más ratones que el mismísimo flautista... y yo podré hacerme
"la rata" al colegio, pero ni loco me pierdo Show Match para verlas.

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