domingo, 10 de enero de 2010

Vacaciones en Mardel - En camión por la ruta

Toda la familia partió de vacaciones rumbo a la playa en el camión de papá. Las primeras peripecias las vivimos dentro del rodado. Apenas iniciado el viaje, como Lucila estaba acostumbrada a hacer lío en el microescolar que la lleva y la trae del Jardín, quiso seguir con su rutina habitual. Pero esta vez, se le pasó por alto que la conductora no era la simpática sra Angelita sino el malhumorado de papá. "¡Sentate bien que sino te vas a tragar el parabrisas!" -fue su primer reto. "No ...¿no vés que tengo la boca cerrada?" -fue la primera contestación de mi hermana.
En uno de los puestos camineros, un policía le recriminó a mi padre que no hiciera caso a los carteles indicadores. Y él, que en pocos kilómetros pasó de retador a retado, respondió: "Si les hago caso a todos, estaría hinchado de tanto tomar Coca-Cola".
Esto me da pie para comentarles acerca de la cantidad de letreros extraños que uno observa por la ruta. Por ejemplo: "Nuestros postes no le pegan a los autos, salvo en legítima defensa. Municipalidad de Lezama".
Además, como escuché que el policía lo retó a papá por no respetar las indicaciones, me negué a tomar líquido durante todo el viaje ya que leí un afiche señalando: "Cuando viaje, no beba".
Hasta Lucila se interesó por el tema de los carteles en la ruta. Cuando vio el dibujo de una vaca en un cartel, preguntó qué significaba. "¡Cuidado, vacas sueltas!" - le aclaró mamá. Más adelante, Lu vio otro letrero, esta vez de unos niños, e interpretó: "¡Este quiere decir que hay chicos sueltos!"
Sin embargo, el cartel más original se le ocurrió a papá, que dice que el combustible está tan caro que cuando en la ruta avisan que hay una estación de servicio, deberían colocar un afiche tipo: "¡Cuidado! A 1 km surtidor!".

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